Somos pequeños. Diminutos. A nivel espacial, cósmico o universal, somos insignificantes. Un día, el sol, que es una estrella, morirá, y también nuestro planeta. Han muerto muchas estrellas, y ahí sigue el universo, gigante. La historia de la especie humana es solo un parpadeo en la historia del cosmos, y va a tener la menor trascendencia. Toda la ciencia, las revoluciones, el arte, desaparecerá. No quedará rastro de nosotros.
Sin embargo, se nos ha dado la oportunidad de vivir, de estar en un planeta por unos 80 años, y llevar una vida. Sea feliz o triste, sea provechosa o desperdiciada. Nos dan un tiempo para estar aquí y ver como es la jugada, y hacer con nuestra vida, con nuestro mundo, con nuestra historia, lo que se nos dé la gana.