miércoles, mayo 18, 2011

Never Alone

A los 15 años me di cuenta de que la mayoría de mis días los iba a pasar solo. Que no siempre iba a estar alguien a mi lado cuando lo necesitara. Por eso, supe que debía aferrarme a algo que nunca me fuera a dejar tirado, algo que siempre estuviera esperándome. Entonces, cogí la guitarra.

Básicamente, cada una de las personas que me rodea tiene sus propios asuntos, sus razones para no aparecer. Y eso está bien. No puedo pretender que alguien deje sus cosas botadas por ir a ayudarme. Y aunque a veces lo tomo como algo personal, al final del día me doy cuenta que no es así.

Gracias a esto, he logrado llegar a buenos términos con mi falta de compañía, y he aprendido a apreciar cada pedazo de pizza, cada película, cada cerveza, cada caminata, cada conversación, cada paseo que he tenido la oportunidad de compartir con alguien, y cada minuto de atención que me han prestado. Porque, como dice Wayne, It's hard to make the good things last.