Adoro el Home Studio. Junto con el playstation, es mi principal diversión. En el, en cuestión de minutos, puedo plasmar la idea de algún sonido que tenga en mi cabeza. con el tiempo, puedo terminarla y, si se me da la gana, distribuirla y venderla. La tecnología me ha dado la oportunidad, finalmente, de producir mi propia música. Soy un hombre capaz de utilizar mi técnica de la manera en la que yo más quiera. Para expresarme, divertir o divertirme. Y eso es libertad.
Es cierto que se requieren ciertas inversiones para lograr esto. Y soy afortunado al poder tener un buen equipo (costandome mucho sudor y rogaderas). Pero no son mayores si se comparan con lo que gasta la gente en otras cosas (ropa, fiestas, carros), las cuales tendrian para mi una utilidad menor.
Y aunque a veces digo que he nacido en una época equivocada, eso no es así. Estamos en la era en la que la tecnología esta a nuestro alcance y servicio, para poder desarrollarnos como profesionales, artistas, o personas. Este es el tiempo en el cual, con un computador, se pueden hacer obras de arte, conocer el mundo, o dominarlo.
Un computador no solo sirve para ver pornografía. Un computador no solo sirve para utilizar word. Hay un mundo que va más allá de Messenger o de Facebook (Sin querer demeritar su grandiosa función de unir personas y crear comunidades).
La mayoría de días me despierto pensando que el ser humano es una especie podrida, condenada a su propia destrucción. Y probablemente sea lo más cierto. Pero esto tiene una solución: sensibilizarnos hacia la tecnología. Y esto no es solo saber pasar ringtones entre celulares, o lucirse teniendo el último gadget. Sensibilizarse con la tecnología es comprender el verdadero potencial que tienen las máquinas, lo cual va mucho más allá de las especificaciones técnicas. Hay gente que hace películas con las cámaras de los teléfonos celulares, hace música con un piano de juguete o pinturas dignas de un museo con MSPaint.
Si bien es necesaria la herramienta, no nos podemos dejar limitar por ella. Eso es pereza, aunque a muchos nos ataca.